viernes, 22 de abril de 2016

El Hombre Serpiente y las Sombras.


Esos hombres son solo sombras, sombras de un anhelo, un deseo que dan la apariencia de ser existentes pero no dejan de ser solo eso, SOMBRAS.

Sombras de otros hombres mucho más fuertes, recuerdo de los verdaderos GUERREROS, aquellos que luchaban por un IDEAL y preferían MORIR que vivir como sombras.

Sombras que con un soplido…se evaporan, que con el más mínimo reflejo de la Luz del entendimiento y el conocimiento se desvaneces, desaparecen.

Pero esas SOMBRAS no quieren morir, tienen miedo y por eso buscan estar vigentes fingiendo ser lo que no son.

Aunque he conocido SOMBRAS  muy fuertes, de esas he aprendido que solas han hecho mucho más que cualquier otro espíritu de ninguna otra sombra.

Han sobrevivido a otras sombras egoístas que solo quieren ser ellas, y solo ellas. Se buscan, se juntan se congregan para no sentirse débiles (y lo son) para que otra sombra más fuerte no las extermine.

De las sombras solitarias aprendí que el sigilo, y el silencio a veces son también benefactores, que una sola sombra que permanece quieta, dura más que muchas que se mantienen en movimiento constante.

Aprendí a moverme despacio y sin ansias de mañana, sin escarbar en el pasado y disfrutar el HOY.

Esas sombras solitarias han sido pues los verdaderos GUEREROS, ya que sin necesitar de nada ni de nadie han subsistido dejando eco y recuerdo de lo que fueron, incluso dejaron de ser SOMBRAS.

Se convirtieron en HOMBRES y de verdad en GUERREROS, no sufrieron ya más ni tampoco se acongojaron al contario disfrutaron ser HOMBRES, hombres de verdad.

Las demás sombras siguieron siendo solo eso…pobres sombras de otros hombres…ni el recuerdo quedara de ellas… pero aun así son necesarias…para que el HOMBRE aprenda a ser HOMBRE.

Aun quedan sombras solitarias…permanecen en silencio…en el anonimato…

Quieren hablar…pero prefieren hablar de otra manera, no con sus bocas…

¡ADELANTE SOMBRAS…HABLEMOS…!


Nessuno Avila M.

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