El Hombre Serpiente y las Sombras.
Esos hombres son solo sombras, sombras de un anhelo, un
deseo que dan la apariencia de ser existentes pero no dejan de ser solo eso,
SOMBRAS.
Sombras de otros hombres mucho más fuertes, recuerdo de los
verdaderos GUERREROS, aquellos que luchaban por un IDEAL y preferían MORIR que
vivir como sombras.
Sombras que con un soplido…se evaporan, que con el más mínimo
reflejo de la Luz del entendimiento y el conocimiento se desvaneces,
desaparecen.
Pero esas SOMBRAS no quieren morir, tienen miedo y por eso
buscan estar vigentes fingiendo ser lo que no son.
Aunque he conocido SOMBRAS
muy fuertes, de esas he aprendido que solas han hecho mucho más que
cualquier otro espíritu de ninguna otra sombra.
Han sobrevivido a otras sombras egoístas que solo quieren
ser ellas, y solo ellas. Se buscan, se juntan se congregan para no sentirse débiles
(y lo son) para que otra sombra más fuerte no las extermine.
De las sombras solitarias aprendí que el sigilo, y el
silencio a veces son también benefactores, que una sola sombra que permanece
quieta, dura más que muchas que se mantienen en movimiento constante.
Aprendí a moverme despacio y sin ansias de mañana, sin
escarbar en el pasado y disfrutar el HOY.
Esas sombras solitarias han sido pues los verdaderos
GUEREROS, ya que sin necesitar de nada ni de nadie han subsistido dejando eco y
recuerdo de lo que fueron, incluso dejaron de ser SOMBRAS.
Se convirtieron en HOMBRES y de verdad en GUERREROS, no sufrieron
ya más ni tampoco se acongojaron al contario disfrutaron ser HOMBRES, hombres
de verdad.
Las demás sombras siguieron siendo solo eso…pobres sombras de
otros hombres…ni el recuerdo quedara de ellas… pero aun así son necesarias…para
que el HOMBRE aprenda a ser HOMBRE.
Aun quedan sombras solitarias…permanecen en silencio…en el
anonimato…
Quieren hablar…pero prefieren hablar de otra manera, no con
sus bocas…
¡ADELANTE SOMBRAS…HABLEMOS…!
Nessuno Avila M.